Luego de pasar Rauch, hay un pequeñísimo pueblo que se llama Egaña,
vamos a entrar para encontrar un castillo, si, tal como lo escuchas! Once kilómetros de camino rural en estado… delicado te
diría yo… los huellones me hicieron temer un poco y en una ocasión quedé media colgada, pero, marcha atrás y marcha adelante bien despacito, pude sacarlo
adelante y seguir camino.
La pucha que había sido difícil, los cartelitos con su leyenda y flecha seguían apareciendo así que iba bien, hasta que finalmente llegamos!
Tras un cerco y una entrada nada llamativa, no había rastro que allí
hubiera un castillo, sin embargo al pasar la visión fue magnífica… ahí estaba,
altivo y en pie, a pesar del vandalismo del que fue víctima en su abandono. No
te imaginas que edificación extraordinaria… tres plantas, balcones, columnas,
entrada para autos que te dejaba justo sobre la puerta principal. Un extenso
jardín en medio de un gran bosque completa el paisaje… que belleza…

"El Castillo de
Egaña" fue construido por el Arq. Eugenio Díaz Vélez, nieto del prócer
argentino. La obra fue realizada entre los años 1918 y 1930. No tiene un estilo
arquitectónico definido, más bien hay un toque de improvisación con acento
europeo. De hecho, mucho de lo que allí se ve fue traído de aquel continente.
Tiene 77 habitaciones, 14 baños y 2 cocinas. El día de la inauguración ocurrió
una tragedia: estaban todos los invitados en el castillo a la espera del dueño,
que llegaría de Buenos Aires. Esperaron por varias horas hasta que llegó la
noticia que nadie quería escuchar, el dueño no llegaría debido a que había
fallecido. La noticia fue tan trágica e inoportuna que todos los invitados se
fueron de repente dejando todos los preparativos para la fiesta, inclusive las
mesas servidas.

Por algún motivo, su única hija y heredera, nunca más volvió
al lugar y estuvo cerrado durante 30 años. Como era de imaginarse, la gente se
robó todo: muebles, adornos, piano, cuadros, canillas de oro, mármol de
Carrara. La propiedad ahora pertenece al Ministerio de Asuntos Agrarios de la
Provincia.
Te
cuento que en el interior, además del vacío en todo el lugar, las paredes están
grafiteadas. Los accesos a los pisos superiores están clausurados, aunque son
fácilmente franqueables. Una particularidad es que los cuatro lados parecen
frentes, no es que podes encontrar un frente y contrafrente, no, los cuatro
parecen la entrada principal. Hay una galería, tal vez jardín de invierno cuyas
aberturas, que ocupan de pared a pared, son todos cuadraditos de los que, por
supuesto, no queda ningún vidrio.
Actualmente y desde el año 2010 un grupo de vecinos de Rauch y la zona
ha creado la "Comisión por la recuperación del Castillo San
Francisco" que tiene como actividad principal el mantenimiento básico del
edificio y recuperación de su parque, evitando que esta bella e importante
edificación rural continúe deteriorándose...
Historias de nuestro llano... seguimos ruta, dale!!