Ya la entrada a la ciudad nos permitió inferir que encontraríamos la estación del Belgrano fácilmente porque dos puentes férreos de trocha angosta costeaban nuestro camino... luego, a la hora de hallarla, nos sorprendió no que estuviera ocupada sino la hostilidad de sus ocupantes que de manera poca amigable no nos dió el menor deseo de ingresar a verla por dentro... de todas formas fue lo mejor ya que el estado de la misma es de un descuido impresionante!!!!!!!! ojalá el ramal se recupere y esto sólo sea parte de un mal recuerdo!
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