Pablo siempre me carga, porque me detengo a admirar y fotografiar las viejas aberturas...
Es que son tan nobles, enigmáticas...
Guardan tantas historias, son la mano abierta de cualquier vivienda, son un testigo silencioso de los vaivenes de la vida... y cuánta, cuánta vida habrán visto pasar...
Cómo no las voy a admirar????
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