Dejamos la escuela, también la nave y salimos a caminar el lugar, que es la única manera de conocerlo palmo a palmo...
Te cuento que sólo pude contar siete viviendas en todo el paraje. Grandes espacios habitados por animales domésticos y muy pocos niños que salieron de una única casa, la del predio ferroviario.
Esa puerta, que aparenta no haber sido abierta por años, nos invita a conocer a alguien muy especial. Llamamos a ella y una legión de perros salió a anunciar nuestra presencia a su dueño, que por otro lado salió y nos recibió... vamos a conocerlo???
No hay comentarios:
Publicar un comentario