Hay imágenes que tal vez puedan resultar insignificantes, sin embargo traen una carga emotiva tan grande que las hace sublimes... Vi este caballito atado en la estación El Tejar, en 9 de Julio. Me llamó la atención la soga, tan grande y la simpleza de lo que se observa. Cuando ya me estaba yendo, pasando por alli con Cecilia, la chica que vive en la estación y su padre, éste me cuenta que es abuelo de mellizos. Ahhhhhh dije en voz alta, uno de ellos debe haber atado este pingo!! a lo que Cecilia, sonriendo acota... es que él imita todo lo que hace el abuelo... se hizo un notable silencio y el hombre, ahogado en su emoción apenas pudo decir... en serio?? y se fue tras sus ovejas dominando, seguramente a su retobado corazón...
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