Don Velazco me refirió de una historia: a dos leguas de la estación, cierta vez explotó la caldera de la máquina a vapor. Sin poder controlar semejante problema el maquinista se prendió fuego y se arrojó desde ella, muriendo trágicamente... imposible irme sin dejar de visitar el lugar, que lo recuerda con un monolito.
Aunque no le creas, las dos leguas son sobre el terraplén mismo, estamos yendo por donde iba el tren...
Ups... ahí está el Monolito, pero me es imposible acercarme a él. El curso del canal me lo impide...
"Todos los años para la fecha venían sus compañeros con flores" me contaba don Velazco con los ojos llenos de profunda emoción. Y yo lo entiendo perfectamente, la hermandad ferroviaria es única. Mis respetos Sr. Maquinista, y mi homenaje en su memoria...
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