Ya había visualizado el camino hacia la estación, cuando sobre el paisaje se recortaba un edificio enorme, muy pero muy grande... que sería?? a priori, el cartel y de fondo la Capilla... mmm...
Desde lejos se veía con tantas ventanitas, que pensé que se trataba de un convento, habida cuenta que en Azul hay un monasterio...
Por supuesto que no podía dejar de entrar a ver de qué se trataba... la capilla, preciosa, si bien estaba cerrada te deja ver que se trata de una bellisima construcción...
Ingresando un poco mas, el mural no deja dudas que esto es un centro salesiano, obra de Don Bosco. Estaba tomando fotos y sin ver, por lo intenso del sol, se acercaron dos muchachos que, luego de las presentaciones, nos contaron a mis amigos y a mi, que ahí van chicos del conurbano a pasar temporadas de vacaciones... me imagino la alegría de esos chicos encontrandose en un paraíso tal como es este, lejos de los duros tiempos que les toca vivir-
La Capilla es parte de la Obra Salesiana San Pascual
Ya prestos a seguir camino, vamos Berdy!!! la estacion nos esperaaaaaaaa
Buenas tardes yo soy Jose sobrino del Padre Jose,Salesiano y fundador de la capilla,del internado y del colegio,eso fue mas o menos en 1970, me acuerdo que los Arquitectos y constructores eran de Mar del Plata,Franco de apellido y yo me colaba en la camioneta de el y me iva a Campodonico a pasarla con mi tio,el padre Jose Agliano.Me acuerdo de la pulperia de la Crotera,todos los años pasaban crotos caminando a los que se les daba la comida y casa,de la comisaria en donde estaban los Aristeguy,grandes amigos,hoy con 60 años añoro todo eso,por cualquier consulta mi numero es 0223155243474.Gracias por rescatar todas estas obras.Un abrazo Jose
ResponderEliminarHola Jose, es un gusto leer tu recuerdo y vinculacion con Campodonico!! cuanta historia... me alegra mucho que hayas visto la publicacion!! muchas gracias, Susana
EliminarHola Jose ,gracias por tu comentario de parte de esta historia tan hermosa como lo es estar ahi frente a la pulperia y al monasterio !!Una maravilla y reliquia historicas !!Fui el 18 -2-18 ...me encanto!!!Quisiera ir de nuevo a almorzar a esa pulperia con historias de nuestra tierra!!!Un abrazo !!Mi nombre es Adalberto.
EliminarJose fui empleado de tu tio en 1980.81 aparte de ser un curazo muy buena persona me enseño algo muy bueno...la templanza lastima ke sus superiores le pagaron mal radrizzani por ejemplo
ResponderEliminar....
Yo soy ex alumno del colegio don Bosco y fui a campodonico hermoso lugar tengo 46 años y daría lo que no tengo para volver a ir tengo lindísimos recuerdos
ResponderEliminarque lindos recuerdos, ojala puedas volver algun dia!!
EliminarMe llamo Luis Simonetti. Soy exalumno de Campodónico allá por el 75. Los Padres José e Hipólito eran los responsables.....Hoy estoy escribiendo una pequeña historia que si bien no es literal en los detalles, real sobre mi paso por ese Instituto
ResponderEliminarPLEGARIA DE DOMINGO
POR NO PREJUZGAR
Cuando Mario, el Director de la primaria, en la querida y lejana Escuela Agrotécnica donde pasé mis últimos años de primaria pupilo, nos presentó al nuevo compañero externo, todos nos quedamos expectantes.
La curiosidad por saber del nuevo compañero que se agregaba casi a mitad de año, se veía un poco disminuida por el hecho que Williams, tal era su nombre, era de origen muy humilde y su piel un tanto oscura.
Y si. Los niños suelen ser crueles y nosotros no éramos la excepción.
Debo reconocer, aún con cierta vergüenza después de mas de 55 años, que en ese momento desee que la seño Esther no lo sentase en el banco vacío al lado mío.
Pero así fue.
Y pronto pasó a ser “el negro Billy”.
Williams compartía las actividades obligatorias de la escuela y luego se retiraba a su casa.
A veces las actividades se extendían hasta la tarde y fue en una de ellas en que reparé en el hecho que
en el atrio de la capilla lo esperaba echado debajo de un banco un perro de raza incierta, tipo manto negro.
Nadie quería compartir las actividades con “el negro Billy”
Si bien siempre andaba prolijo, su ropa zurcida, su pelo duro y renegrido peinado a la fuerza y un fuerte olor a transpiración lo hacían un compañero un tanto difícil. Por ese motivo y su aislamiento natural, lo dejamos todos de lado.
Inclusive cuando hacíamos fogones y los cantos y la guitarreada inundaba el momento, Williams se quedaba mirando el fuego y jamás abría la boca.
A tal punto era ese rechazo velado, que ni siquiera se lo invitaba a compartir juegos y en las actividades generales todos nos sentábamos lejos de el.
Corrieron los meses que quedaban de ese año y por causas que aún hoy me pregunto Williams y yo nos hicimos compañeros.
ResponderEliminarPoco sabía de él.
Solo que su madre era cocinera en la estancia vecina, sin padre, y que habían venido de la zona de Tandil. Nunca hablaba de su pasado y se limitaba a estudiar, compartir pequeñas cosas conmigo e ir y venir de la escuela siempre acompañado por su fiel compañero.
Recuerdo que en una oportunidad le pregunté como se llamaba y sonriendo me preguntó: Cual.
A la tercera vez, riéndonos ambos a carcajadas por lo que yo creí era una chanza, quedamos de acuerdo en que su ovejero Belga se llamaba Cual.
Pasó el tiempo.
Williams era un ser raro. Daba la sensación que siempre quería decirnos algo.
Y aunque más de una vez lo veía triste, al preguntarle si le sucedía algo su respuesta preferida era: Hay que leer las señales.
Claro que por su aspecto y su fuerte olor, nadie se preocupaba demasiado en descubrirlo.
Sonreía poco, pero por sobre todo lo hacía cuando compartíamos la catequesis.
Por esos causalidades de la vida nos fuimos haciendo compañeros casi inseparables.
En 7mo grado nos preparamos para la Confirmación.
La ultima semana de catequesis se desarrolló normal y todas las tardes íbamos a ensayar a la capilla.
Williams estaba feliz y se le notaba en el semblante.
Recuerdo que en más de una oportunidad me preguntaba para mis adentros: Que me querrá decir este negro...
Como yo ayudaba en la cocina y casi siempre llegaba sobre la hora a la capilla para empezar los ensayos, tanto de la ceremonia como de los cantos, Williams me reservaba el asiento a su lado.
Y “Cual” echado debajo del asiento.
Era quizá el pacto tácito de Williams con el Padre Hipólito.
Williams era el ayudante de la sacristía, ordenaba, limpiaba, planchaba las sotanas destinadas a los monaguillos y tenía ese pequeño permitido. La compañía inseparable de “Cual”
El día llegó.
Ese domingo la capilla del colegio estaba atestado de gente.
Padres y familiares de los pupilos y los padres de los externos que, como Williams, se confirmaban.
Recuerdo que todos estábamos ansiosos.
Williams llegó un poco sobre la hora acompañado de su madre y del patrón de la estancia quien sería su padrino.
Todo sucedió de acuerdo a lo esperado.
Casi finalizada la ceremonia, cuando solo faltaba el Himno a María Auxiliadora, sucedió.
Se desató la tormenta y el corte de luz nos dejó sin sonido.El órgano del padre Hipólito dejó de funcionar y todo parecía que iba a empañar el fin de la ceremonia.
Todos nos mirábamos.
Cantar a capella?
Todos hicimos un silencio incómodo al final de la ceremonia.
De pronto la indecisión de quienes estábamos allí se vió atropellada por una voz que salió detrás de mi. Y fue tal la claridad, la potencia, la sorpresa, que nos quedamos todos en silencio…
El “negro Billy” nos elevó a todos a través de su voz.
La sonrisa y el brillo de sus ojos le daban otro color a su oscuro rostro.
Fuimos tocados por algo muy especial.
Creo que hasta la imagen de María Auxiliadora que presidía el altar de aquel viejo y querido colegio, ese día sonrió. Nadie se animó a cantar….quedamos mudos, absortos, escuchando aquella voz.
Rompimos en un aplauso al final del Himno y mas de un asistente secó sus lágrimas…
Llegó fin de año, nos despedimos y nunca lo volví a ver.
Supe con el tiempo que un accidente había terminado con su vida.
Por eso quisiera hoy ofrecerte una oración por Williams y las Almas del Purgatorio.
Por la de nuestros seres queridos que han partido, por aquellas que lo necesitan pero hoy en especial por la de Billy.
Lo que me queda cada vez más claro después de 55 años es que cuando veo un perro callejero echado debajo de algún banco, sobre todo cerca de alguna capilla me repregunto sonriendo “que me quiere decir este negro”.
Y siguiendo ese consejo inocente, busco las señales, porque algo siempre me dicen.
Y te pido especialmente por no prejuzgar…
Quizá yo no lo hubiese elegido de amigo.
El me eligió a mi….Y me dio una gran lección.
Buen Domingo.
Luis H. Simonetti
Ay Luis, que relato mas sentido! lo seguí no sólo con atención sino también por lindo del relato, tan bien contado hasta su última línea. Como bien decís, sin saberlo o pensarlo, te dejó una marca para siempre. Mil gracias por compartir tan bella historia. Muchas gracias! Buena vida, Susana
EliminarHola Luis, soy Daniel Beier, estamos buscando contactar a todos los que fuimos al colegio, entre el 74 y 75, ya tuvimos una asadito en Laprida.
EliminarTe dejo mi mail para un contacto danielclaudiobeier@gmail.com
Gracias Susi por tomarte el tiempo de leer mis tonterías de infancia. Recuerdos que dan vuelta y se alejan.....te enviaré si me permites una pequeña anécdota de mi infancia cuando lo acompañaba a mi abuelo a esperar el tren de las 22.10 a la estación de General Alvear ....hoy vacios andenes de olvidada espera.
ResponderEliminargracias a vos! dale, espero esa anécdota que seguro, sera muy linda! abrazos
EliminarLA VIEJA ESTACION
ResponderEliminarHoy he visitado, como al descuido, mi pueblo de infancia.
Ese lugar tan especial de calles adoquinadas y casas blanqueadas a la cal.
De estructuras antiguas y un campanario que todos los días llama a reunión con Dios.
Un pueblo donde abreva la tarde, donde nace el trigal.
He caminado sus fondos, andenes de antigua espera.
Allí queda solo la poesía y a veces en noches claras con la luna como única pasajera que espera un tren que jamás llegará.
Solo queda la mortaja de un andén cuidado.
Hasta el viejo espíritu ferroviario se ha marchado errante por la pampa profunda.
Me topo con la sombra de trenes que se despiden dejando nostalgias y tristezas.
O el del tren de la ilusión, ese en el que tu llegabas.
El tren de las 22.02 llegaba bufando el cansancio de rieles rodados.
El puente negro esperaba para girar y dar vuelta de regreso a “La Capital”
Recuerdo la mano del abuelo que me aferraba de mis miedos a que el “pata ´e fierro” bufase su enojo sobre mi curiosa inocencia.
Galope de sensaciones en el potrero de los sueños.
Si habremos jugado a ser pasajeros de ese tren que nos convertiría en adolescentes.
Si se habrán dado cita en tus alrededores hombres curtidos de soles, parejas prohibidas, mendigos de sueños.
Aprendices de inmigrantes o jornaleros temporarios, viajeros prestados en el carguero nocturno semanal llamado “El Zapalero”
Me sorprende la tarde que va alargando mi sombra en el desolado andén.
Y me encuentro saludando a las inertes vías….
Como despidiéndote en tu partida
Mirando en lontananza, esperando en vano ese último tren.
Quizá a la noche, a las 22.02 me sorprendas.
Y los ojos se llenan de nieblas. La pucha con el recuerdo…
Pienso en que el tiempo se va deshojando y este andén abandonado, en cada visita a mi pueblo, me verá esperando en vano.
Y cómo esos dolores se van alargando al darnos cuenta que ya no hay nada que esperar.
Y la tarde me encuentra de regreso.
La huella que se extiende frente a mi adquiere de pronto con el crepúsculo, el brillo de dos rieles que me llevan a ninguna parte…
Hermosas palabras Luis... es muy linda la estacion Gral Alvear, una pena que no se encuentra bien cuidado todo el lugar, que es un predio precioso. Cómo se respetaba la puntualidad, por acá pasaba un tren por la mañana muy temprano y ya sabias que eran las 6:45, sin dudas, como también el de las 22 hs y tantos mas.
EliminarMuchas gracias por tu realto!! un gran abrazo Luis
Hola mi nombre es Marcos, mi papá Daniel Beier fue alumno del colegio '74 y '75... siempre cuenta alguna anécdota de sus vivencias en el colegio...Me contó q hace poco hubo una reunión con algunos compañeros y están intentando contactar con los demás.
ResponderEliminarLes dejo su mail para q se pongan en Contacto
danielclaudiobeier@gmail.com.ar
Hola Marcos, respondí al mail que me enviaste, espero que lo hayas visto! muchos saludos
EliminarHola! Mi nombre es Evelin. Hoy tengo 29 años. Y tuve la suerte de cuando era más chica conocer este hermoso lugar. Junto con mis amigos Salesianos hacíamos y juegos y encuentros. Disfrutábamos del paisaje y de la compañía. Hacíamos fogones y Aprovechamos las hermosas noches estrelladas.Un lugar al que me encantaría volver y recorrer para volver a sentir todo eso tan lindo que vivía. Campodónico lo llevo siempre en mi corazón y en mi memoria. Hermoso lugar y gente muy bella y bondadosas. Se me llenan los ojos de lágrimas de lo feliz que fui en ese lugar. Todos los años esperaba la fecha para ir y disfrutar de ese hermoso lugar.
ResponderEliminarQue recuerdos mas gratos Evelin, gracias por compartirlos, son un verdadero tesoro!! Muchos saludos, Su
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