Con el magnífico fondo de la estación y tomando como punto de largada el viejo depósito ferroviario, los jinetes se lanzan en una veloz carrera, con los punteros entre sus dientes y prestos a ganar la máxima velocidad...
Ya parados sobre los estribos, la carrera se define..
Aquellos que triunfen en acertar a la mágica sortija la acariciarán entre sus dedos y levantarán su brazo para que todos sepan que lo lograron y la alegría se colará en todos los que los siguen...
Habrá quienes no lo logren, y se los escuchará mascullar su bronca... sera pa'la próxima...
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