Y si habia algo, una meta, un objetivo en este viaje, era llegar a Victorino de la Plaza. En el 2014 con mi amigo Juan llegamos a Mones Cazon y nos prometimos un dia terminar el recorrido en su punta de riel. Sin premisas, sin pensarlo y evocando a veces mirando el mapa ese viaje pendiente, hicimos esta enorme travesía, que felizmente, llegamos a cumplir... este camino arenado nos lleva y ahí, donde pega la curva nace el cuadro ferroviario, donde conocimos al señor que está en custodia del lugar desde hace poco tiempo...
Aunque no lo creas, esta es la Estación Victorino de la Plaza, punta de riel del ramal G5 de la Compañia General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires. Punta de riel... y se encuentra no sólo en medio de un desolado paraje sino, ademas, vandalizada, diezmada...
El taller de maquinas, en completo abandono, casi increiblemente aun en pie, no deja mas lugar que la desolación, la conmoción por todo lo que perdimos... mirá si habría trabajo, movimiento, comunicación, y hoy nada... como pudieron pasar estas cosas???
El único lugar con vida sigue siendo la escuela, que recibe a los niños de la zona.
El tiempo se encargó también de guardar la historia tras esa puerta, donde sólo coexisten el abandono y las miles de vivencias que alli pasaron, guardadas entre los altos yuyos... ver esto genera desconsuelo nomas.
No obstante, alguien se ocupó de preservar, en sus principales símbolos, lo que este lugar significa: el tope de vias, que tiene un tramito de rieles, los dos carteles y el mástil.
Casi quinientos kilómetros de traza representados en apenas cinco, seis metros de riel. Un tope que dice, hasta acá llegue: sembré montones de pueblos y parajes, comunique pobladores, posibilite el crecimiento y el progreso, sin embargo, hoy soy sólo un símbolo. Un símbolo que hasta en su propio descuido nos representa. Cómo se puede calmar la amargura?
Mil gracias a quien haya tenido la feliz idea de conservar, al menos, este sitio.
Y con el fin del día, se termina la segunda jornada del viaje. Trenque Lauquen nos espera para al merecido descanso. Mañana será otro día, donde otras vías, las del Sarmiento, nos irán acercando al regreso.
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