Desde El Chumbiao, salimos en busca de La Paloma, que era bastante complicado para encontrar, sin embargo la gran destreza de Marcelo, a cargo de los mapas y rutas, supo orientarnos para encontrarlo en una huella apenas perceptible... estas seguro? preguntábamos con Ana, y él nos lo afirmaba: un kilómetro por aquí! y bueno, si es un kilómetro nomas probemos, dijimos con escepticismo, y ahí nomas , a la vuelta de la curva adivina: apareció la escuelita!! que genioooo!! somos un gran equipo!
Ya pasando las cinco, encontramos justo a las directoras de Jardín y Primaria y auxiliar, así que pudimos charlar con ellas, a la vez conocer sobre el pago. Dora, la directora del Jardín de Infantes, conocedora vieja del pago, nos decía que en realidad el paraje toma el nombre de la estancia que hay ahi, algo que sucede en muchos otros lados.
Las tres se encontraban atareadas entre tarros de pintura, cepillos y escobas, trapos... todos los días hacen cien kms ida y vuelta para llegar a la escuela... cien!! y no sabes que complicados son los caminos! y otra cosa: si ves bien, la escuela es un container, donde las temperaturas se hacen sentir, y cómo!!! amigos, esto sí que es hacer patria!
Sin querer demorar su labor y con la necesidad de seguir adelante, retomamos la marcha, desandando ese kilómetro que nos desvió y ahora muestra su grandeza: un mar de llano hasta el firmamento.
Retomando el camino principal, encontramos a la famosa Paloma... pero no es cuestión de demorarse, hay que seguir camino, estamos lejos, lejisimo de todo así que a meterle pata que el fin del día no admite esperas!! Santa Isabel es nuestra próxima posta, vamos!
Si queres ver mas fotos >>>>>> La Paloma
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