El camino nos dejó nuevamente a la vera de otro paraje, San Bernardo, al que llegamos justito justito cuando se terminaba la luz del día... esto significo un gran alivio porque si bien faltaba un buen tramo para llegar a Tapalque, sabíamos que era un muy buen camino, que ya habíamos transitado alguna vez, así que paramos para conocer su estación. Por aquí pasaba el Ferrocarril del Sud con destino final en Pigüe, que ya fuera levantado. Nos sorprendió lo muy bien cuidada que se encuentra.
Cuando entrábamos al paraje no pudimos dejar de sorprendernos con este enorme almacén de ramos generales, que ocupa como media cuadra hacia un lado y poco menos hacia el otro... a la pucha... lo que debió ser funcionando!! habría sido pueblo alguna vez San Bernardo?
Mira lo que es lateral! con ese portal tan grande en el medio... seguramente también hospedaje. Lo miramos desde el otro costado y pudimos ver que está completamente abandonado, sin techo en lo que se distinguía... te puedo asegurar que la intriga nos supera y nos prometimos volver para conocerlo bien en su interior.
Escuela N°5 Paula A. de Sarmiento y Jardin Rural N°1
Ahora si... ya no le podemos pedir mas al día: luego de mas doce horas ininterrumpidas recorrimos y relevamos lugares que ni imaginábamos cómo eran o qué encontraríamos en ellos. Las sorpresas fueron mayúsculas y quedaran por siempre en nuestra memoria. Nuevos vínculos, sitios que quedan prendados a una parte del corazón. Adiós San Bernardo y adiós a todos los que nos cruzamos!! la noche nos recibió en Tapalqué con una mugre tremenda, para descansar y seguir al otro día con nuestro itinerario.
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