La emoción que tuve cuando conocí a don Augusto Cicaré es algo que no puede definirse. En la recorrida que hicimos con su señora, Isabel, nuestros pensamientos se entrecruzaban con la posibilidad o no de conocerlo en persona!! La vista previa de su obra no hizo más que alimentar nuestro gran interés, hecho que por suerte se nos dio!!
En un enorme galpón lindante, su fábrica, estaba "Pirincho", como lo llaman, trabajando. Interrumpió su tarea y con muy buena disposición nos contó todo sobre su historia y sus producciones. Nos dedicó, a pesar de su gran actividad, un tiempo que nosotros queríamos prolongar por más y más!!! jajaaja qué gran gusto haberlo conocido don Augusto!!!! Muchísimas gracias por darnos tantas buenas lecciones, no sólo de cómo se hace y funciona un helicóptero, sino también de cómo ser una persona que, a pesar de todos sus logros, no perdió la sencillez y la humildad!!! Graciasssssssssssssss
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