viernes, 23 de septiembre de 2011

ESAS CALLECITAS TIENEN UN NO SE QUÉ...

Recorrerlas en medio de la apacible paz de la tarde me permitió encontrar un lugar para sorprenderme en cada paso...
Como el cruce con la chata...
En los pueblos la gente es amable y amiga, ya de lejos saca la mano y te anticipa un saludo. Cuando me estaba por cruzar con esta chata, levanté mi mano para saludar y del interior el gesto fue el mismo, más... cuando quedamos frente a frente, me deslumbró una finísima señora mayor conduciéndola!!! fue un momento casi mágico, un cruce de miradas donde la curiosidad y la amabilidad se dieron la mano. Luego, cada una siguió su camino...

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